Psicología - Marketing

miércoles, 4 de diciembre de 2013

"Secuestrando vuestras emociones"

Hoy es el presente, lo que se conoce como realidad, un ejemplo es saber que como realidad dependiendo de donde estés tienes un familia, amigos, conocidos, una mascota, una cama donde dormir, etc. Pero aún así... ¡Vamos un poco más allá! Ya conocemos la realidad ahora a relacionarla con vosotros. ¿Cómo? Pues simple, una relación se basa en vínculos no sólo racionales sino también emocionales, siendo así todo tu presente que relación tiene contigo? ¿Verdaderamente aquél vínculo te ofrece beneficios emocionales tras una dedicada evaluación? Luego de haber encontrado el vínculo (la relación) puedo decir que sois capaz de ser conscientes. ¡Felicidades!

Habiendo tocado la realidad superficial y palpable, coexiste junto a aquél presente una realidad más profunda y que suele manifestarse en nuestra mente, a veces un poco incongruente con lo que decimos. ¿De qué hablo? Ustedes saben, que hay de sus pensamientos, que hay de todo lo que piensan a diario tras cada suceso, estoy más que seguro que mientras le decían a alguien sí voy, por dentro se decían no quiero ir y les afecto emocionalmente, y más claro aún le diste no a alguien muy especial, pero por resentimiento, sabiendo que en tu mente retumbaba: dile sí, pero ¿Qué duros que somos, cierto?

Bien me refiero a vuestra realidad subjetiva, un tipo de conciencia para nosotros mismos que tenga algunas pinceladas como reflejo de la realidad como "Tengo un amigo" (realidad)"Lo conocí hace tres años y lo estimo muchísimo" (consciente racional y emocionalmente), ésto es algo que dices, pero ¿Es eso que dices un neto reflejo de lo que realmente piensas y sientes? Posiblemente sea cierto, hasta cierto punto, pero por qué no cuestionar a ese consciente y más aún torturar algunas emociones que no desean confesar que sabes más que un "Lo estimo muchísimo", cosa que suele pasar, no me ha pasado, pero suele pasar.

Sucede en muchas ocasiones que nuestra consciencia real y subjetiva lleva una íntima relación con intereses que os mantengan refugiados de amenazas, por ese motivo no torturan a la emoción hasta que os hagan reconocer que no es lo que normalmente piensas, y tanto es así que somos conscientes de lo que decimos, pero inconscientes de lo que sentimos, salvo que llegue alguien con la mente fresca y te diga: ¿Oye, estás molesto, no? ¿¡Oye, estás enamorándote!?

Que fácil para ellos, que difícil cuando somos cada vez menos conscientes de nuestra realidad subjetiva.

"No os repriman y... ¡torturen a sus emociones, secuéstrenlas y cuestiónenlas!"


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